Puerta del Triunfo

Murallas

Arco del Triunfo

Por Alfonso Naharro i Riera

En 1227 el maestre del Pereiro-Alcántara don Arias Pérez Gallego fracasa al intentar reconquistar Trujillo recordándoselo al Rey Fernando III el Santo en una carta que le escribe a Toledo en 1231, instándole a reintentarlo y recibiendo el beneplácito de su Majestad. Por ello en el mes de Diciembre reúne las fuerzas de los de Santiago, Temple, Hospital, diversos fonsados y del Obispo de Plasencia don Domingo I que capitaneará las huestes. Están avisados los mozárabes que habitan en el interior que se organizan con Fernán Ruiz Valverde al frente.
Las huestes cristianas llegaron a Trujillo el Primero de Enero de 1232 rodeando el berrocal para impedir que llegaran alimentos o refuerzos a la ciudad. Rápidamente la población se refugió en el recinto de la Villa y los barrios cayeron en manos cristianas. Las murallas estaban bien preparadas para aguantar el asedio que se les avecinaba. Se pusieron los elementos climatológicos más duros de la cuenta, fríos y nieblas terreras pusieron enfermas a parte de las fuerzas cristianas mientras los moros rechazaban cuantos intentos hacían por todas partes para abatir el recinto. Dice Tena que la medianoche del 24-25 de Enero las huestes habían comulgado y oído misa con fervor, estaban para el asalto definitivo hacia la Victoria.
El Obispo ordenó con el Alba un ataque conjunto por un solo punto y encomendándose a Nuestra Señora irrumpieron gritando jaculatorias contra las murallas de Poniente para abatir la Puerta... La Leyenda cuenta que un resplandor increíble aceleró la alborada desde lo alto de la Torre Julia cegando a los moros y permitiendo que Fernán Ruiz, camuflado intramuros, pudiera abrir la puerta que hiciera realidad la Victoria. Entraron los cristianos y abatieron las últimas defensas del Castillo adonde los moros más que refugiarse lo que hicieron fue huir al castillo de Santa Cruz aguantando unos años más...
La entrada oficial fue por esta Puerta de Fernán Ruiz o del Triunfo con el señor Obispo bajo palio y acompañado de los cuatro Maestres de Alcántara, Santiago, Hospital y del Templo junto al héroe de la jornada, Fernán Ruiz, y flanqueados por los principales capitanes, canónicos y monaguillos diversos de la Jornada increíblemente milagrosa y fría, día de San Pablo al que posteriormente se le dedicará una capilla en la segunda fortaleza. Todo esto ocurría el 25 de Enero de 1232.
Llegaron a las ruinas de la vieja iglesia cisterciensemente que erigieran medio siglo antes los caballeros de Trujillo-Montegaudio-Monfragüe y otros restos del Císter que se aventuraron a vivir en la bella Torgiela de don Fernán Ruiz de Castro, el Castellano, mayordomo y cuñado que fue del mismísimo rey leones Don Fernando II. Este otro Fernando Ruiz, de Castro, fue tenedor de la ciudad y señorío independiente de sus mezquitas, sinagogas o iglesias mil; paraíso fiscal en la peligrosa frontera del río Tajo que defendían los fuertes de Monfragüe-Peña Falcón y Albalat. La Puerta de Hernán Ruiz, del Triunfo o de Venus daba paso al camino de Mérida que es aproximadamente la actual carretera de Montánchez por Albalat del Caudillo.


 

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